Soy Doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Además estudié dramaturgia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y soy Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual. Asimismo tengo titulación en guión de cine y he estudiado filosofía y arte. En el ámbito de las artes escénicas, algunos de mis profesores han sido José Sanchis Sinisterra, Juan Mayorga, Alejandro Tantanián, Jose Antonio Sánchez, Oscar Cornago, Carlos Marquerie o Enzo Cormann... Entre mis principales referentes reconozco a Claudia Faci y a Angélica Liddell.
Escritura.
Viene a mi memoria una cita de Stendhal: "Escribo para una decena de almas a las que quizá no veré nunca, pero que adoro sin haberlas visto". Prefiero definir el teatro como metáfora visible que como conflicto. En todo caso, hablaría del encuentro catastrófico con el otro o de la pérdida catastrófica. Se me ha relacionado mucho con el género de la autoficción o con las dramaturgias íntimas. En realidad, he escrito todo tipo de obras (infantiles, teatro para adolescentes, adaptaciones de clásicos...), pero, lo importante siempre ha sido encontrar un vínculo con personal con el proyecto. Me gusta el teatro político, el riesgo formal (como amante que soy de la Nouvelle Vague) y ofender el decoro de nuestras anquilosadas democracias. Creo que, a estas alturas de la película, el humor solo es posible si es negro.
One of Stendhal’s quotes comes to mind: “I write for a dozen souls that I may perhaps never see, but I adore them without having seen them”. I prefer to define theatre as a visible metaphor, as opposed to a conflict. In any case, I would talk about the catastrophic encounter with the “other”, or of catastrophic loss. I have often been associated with the genre of ‘self-fiction’ and the writing of intimate plays. The truth is that I have written a wide range of plays (plays for children, for teenagers and even adaptations of classic plays). The important thing, however, has always been to establish a personal connection with the project. I like political theatre, formal risks (which comes hand-in-hand with being a lover of French New Wave) and offending the decorum of our antiquated democracies. At this stage of the game, I feel that humour is only possible when it is dark.