sobre
José Cruz.
Biografía.
José Cruz es licenciado en Periodismo por la UCM y en Dramaturgia por la RESAD donde, desde 2008, trabaja como profesor interino en el departamento de Escritura y Ciencias Teatrales. Entre sus publicaciones destacan "Taihú, cabaret oriental" (2003) –reseñada en el estudio sobre teatro y cine contemporáneo "Imágenes del otro"-, "Sing Sing Blues" (Premio Palencia de Teatro 2004), "La sombra de Narciso" (Ayuda a la Creación de la Consejería de Cultural de la CAM en 2005), "Los vivos y los m(íos)" (Premio Lázaro Carreter 2008), "Perder el Sur" (revista Acotaciones, 2009) y "Constelazión" (Eirene Editorial, 2014). Premiado con el Injuve del Primer Certamen de Teatro Exprés de la AAT y mención especial del Blas de Otero (2001), ha sido profesor invitado en la edición turca (2010) y director artístico en la edición española (2012) del Festival Interplay Europe. Recientemente, su labor docente le ha llevado a la Escuela Nacional de Teatro de Bolivia. Miembro fundador de la compañía Teatro Al Paso, el montaje de "Los vivos y los m(íos) estrenado por Turlitava Teatro fue considerado el mejor espectáculo de la temporada 2011-2012 por los lectores del diario El País.
Escritura.
Creo en el personaje y su palabra como motor de mi dramaturgia. Más que un autor, soy un afortunado confidente. Quizá por eso pueda definir mi teatro por quiénes acuden a desahogarse en mi imaginación: víctimas del amor y del deseo, inmigrantes travestidos de nacionalidades ansiadas, asesinos, "survivals", Antígonas rurales, científicos obsesionados con la matemática de la pasión y otros amantes de la obscenidad... Nunca falta un fantasma, desde luego, asomándose a todo con la mirada compasiva de los que ya se han muerto. Y, a veces, estas visitas me hacen reír y otras veces me ponen la carne de gallina y casi siempre me sacan a bailar con el ritmo de sus palabras. Yo les dejo hacer. Son mucho más valientes y vivos y reales que su involuntario anfitrión.
I believe in the character and their words as a driver of my playwriting. More than an author, I am a lucky confidant. It is perhaps for this reason that you could define my theatre by those who come to vent in my imagination: victims of love and desire, transvestite immigrants of concerned nationalities, murderers, survivals, rural Antigones, scientists obsessed with the mathematics of passion and other lovers of obscenity... The pieces are never lacking a ghost, naturally, gazing at everything with the compassionate stare of those who have already died. Sometimes these visits make me laugh, and sometimes they make the hairs on the back of my neck stand up. Almost always, however, these visits make me dance to the rhythm of their words. I let them do it. They are much more brave, alive and real than their involuntary host.